lunes, 29 de septiembre de 2014

LEYENDA

Trabajo para cambio del final para el grado 8-2

Tomado de:
"El sol babea jugo de piña"
ANTOLOGÍA DE LAS LITERATURAS INDÍGENAS DEL ATLÁNTICO, EL PACÍFICO Y LA SERRANÍA DEL PERIJÁ.


LEYENDA DE LA COCHA
Había una noticia entre los indígenas, [traída] por los médicos y brujos tomando el yagé:
Que pasaría un hombre en compra de chicha. Nadie podría venderle ni tampoco obsequiarle. [Los médicos y brujos] informaron al gobernador del pueblo. Este prohibió por completo. [Advirtió] que si este disparate lo hicieran, que este valle se convertía en una laguna. De manera que todos los naturales tenían bastante cuidado. De esta manera pasaron varias semanas, cuando de repente se apareció un hombre vejancón. Andaba de casa en casa en pregunta de chicha. No le quisieron vender, pero resulta que se fue al campo, en donde encontró a unos niños en una casa. Les preguntó que si tenían bebida. Ellos le contestaron que sí. A lo cual quedó contentísimo. Los pobres niños le invitaron que dentre, «siéntese en el banco». Entonces les volvió a exigir que le vendieran la bebida, siquiera medio centavo, porque se estaba muriendo de sed. Los pobrecitos cuidadores le pasaron en una totuma grande al visitante. Lo recibió con toda la alegría. Les dio las muchas gracias. En vez de bebérselo se lo vació en la cabeza diciendo:
–Ahora sí voy a apagar la sed.
Cuando a los pocos momentos comenzó a brotar agua por los alrededores de la casa. Se humedeció la tulpa (fogón de tres piedras) y se fue llenando de agua la sala. Al ver esto los pobrecitos se subieron a la troja (zarzo) para salvar la vida. Mientras el visitante decía:
–Ahora sí me hice dueño de todo esto, esta es la propia casa para yo vivir.
Cosa que a todos los habitantes los hundió con el agua. Algunas personas que se escaparon porque vivían en laderas, poblaron el Valle de Sibundoy, Pueblo Grande. Después de un largo tiempo, de la profundidad de La Cocha [laguna] salía un conejo en figura de hombre que conversaba con la gente y les informaba que dentro de La Cocha había gente viviendo y tenían todo que comer. Para comprobarle, le contestaron que les trajera algo. El conejillo se comprometió y al día siguiente regresó, trayendo arracacha, ñame, maíz mocado, sixe (boro, santosoma), haba de árbol. Lo pusieron a cocinar y todos comieron. Resulta que se empacharon (cólico). Casi se mueren. Tuvieron que acudir al médico para que les cure de ese mal. Toda la gente tenía interés de sembrar. En la nueva visita le dijeron al conejo para que les trajera las semillas y este cumplió con el compromiso cada quince días. La gente tuvo tanto interés que en los años hasta la presente existe esta comida. Creen los mayores hasta ahora que si no fuera por el conejo no tuvieran qué comer.

(Henao, 1982: 14-15)

miércoles, 24 de septiembre de 2014

DEFINICIÓN "LA LEYENDA"

LA LEYENDA
Una leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se transmite de generación en generación en forma oral o escrita. Generalmente, el relato se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico, lo que le confiere cierta singularidad.
Se ubica en un tiempo y lugar que resultan familiares a los miembros de una comunidad, lo que aporta al relato cierta verosimilitud. En las leyendas que presentan elementos sobrenaturales, como milagros, presencia de criaturas férricas o de ultratumba, etc., estos se presentan como reales, pues forman parte de la visión del mundo propia de la comunidad en la que se origina la leyenda[A1] . En su proceso de transmisión a través de la tradición oral las leyendas experimentan a menudo supresiones, añadidos o modificaciones que expresan un estado extraño, surgiendo así todo un mundo lleno de variantes.
Se define a la leyenda como un relato folclórico con bases históricas.1 Una definición profesional moderna ha sido propuesta por el folclorista Timothy R. Tangherlini en 1990:2
"Típicamente, la leyenda es una narración tradicional corta de un solo episodio, altamente ecotipificada,3 realizada de modo conversacional, que refleja una representación psicológica simbólica de la creencia popular y de las experiencias colectivas y que sirve de reafirmación de los valores comúnmente aceptados por el grupo a cuya tradición pertenece".
Contrariamente al mito, que se ocupa de dioses,4 la leyenda se ocupa de hombres que representan arquetipos (tipos humanos característicos), como el del héroe o el anciano sabio, como se aprecia por ejemplo en las leyendas heroicas griegas y en las artúricas.5
CARACTERÍSTICAS
Una leyenda, a diferencia de un cuento, está ligada siempre a un elemento preciso y se centra en la integración de este elemento en el mundo cotidiano o la historia de la comunidad a la cual pertenece. Contrariamente al cuento, que se sitúa dentro de un tiempo («Érase una vez...») y un lugar (por ejemplo, en el Castillo de irás ya no volverás) convenidos e imaginarios, la leyenda se desarrolla habitualmente en un lugar y un tiempo preciso y real, aunque aparecen en ellas elementos ficticios (por ejemplo, criaturas fabulosas, como las sirenas).
Como el mito, la leyenda es etiológica, es decir, tiene como tarea esencial dar fundamento y explicación a una determinada cultura. Su elemento central es un rasgo de la realidad (una costumbre o el nombre de un lugar, por ejemplo) cuyo origen se pretende explicar.
Las leyendas se agrupan a menudo en ciclos alrededor de un personaje, como sucede con los ciclos de leyendas en torno alRey Arturo, Robin Hood, el Cid Campeador o Bernardo del Carpio.
Las leyendas contienen casi siempre un núcleo histórico, ampliado en mayor o menor grado con episodios imaginativos. La aparición de los mismos puede depender de motivaciones involuntarias, como errores, malas interpretaciones (la llamadaetimología popular, por ejemplo) o exageraciones, o bien de la acción consciente de una o más personas que, por razones interesadas o puramente estéticas, desarrollan el embrión original.
Cuando una leyenda presenta elementos tomados de otras leyendas se habla de «contaminación de la leyenda»

Clases de leyenda
Se pueden clasificar de dos formas:
Por su temática:
1.    Leyendas etológicas: aclaran el origen de los elementos inherentes a la naturaleza, como los ríos, lagos y montañas.
2.    Leyendas escatológicas: acerca de las creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba.
3.    Leyendas religiosas: historias de justos y pecadores, pactos con el diablo, episodios de la vida de santos.
Por su origen:
1.    Leyendas urbanas: pertenecen al folclore contemporáneo, circulan de boca en boca, etc.
2.    Leyendas rurales: solo las leyendas válidas en el campo, porque no tienen lugar o adaptación para las urbanas.
3.    Leyendas locales: es una narración popular de un municipio, condado o provincia.
Algunas leyendas pueden ser clasificadas en más de un grupo, ya que por su temática abordan más de un tema es decir pueden hablar de diferentes temas un ejemplo es una leyenda Fantasiosa.






 [A1]Hasta aquí 8-1. Martes 23 de sep 2014

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Cacique Guaicaipuro Cuatemoc

Fecha de entrega: 04 de septiembre de 2014

(comentario 20 renglones)

Exposición
[Discurso: Texto completo]
Cacique Guaicaipuro Cuatemoc
Discurso del cacique mexicano Guaicaipuro Cuatemoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea, el 8 de febrero de 2002.
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.
El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaiputo Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan "MarshallTesuma" para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:
¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestro hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.
Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata.
¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica...
FIN